Hace dos años partió hacia la eternidad nuestro compañero y primer conductor: Aníbal Velázquez.
De su figura destacamos su inquebrantable compromiso gremial, Aníbal no es solo un nombre en la historia de la ADUNaM, sino que es un símbolo de lucha y dignificación de la profesión docente. Impulsor del movimiento de agremiación en la UNaM, Velázquez fue la piedra angular en la formación de asociación. Con su visión de un colectivo docente unido y fuerte no solo cambió el panorama laboral de sus colegas, sino que también redefinió el valor del trabajo educativo en la región.
Como primer secretario general de ADUNaM, su liderazgo no se limitó a la búsqueda de mejores ingresos para los docentes. Fue mucho más allá, abogando por un reconocimiento pleno de la importancia y dignidad de la tarea docente. Su lucha no fue solo por números en un salario; fue también por el respeto, la valoración y la mejora en las condiciones laborales de quienes dedican su vida a la educación.
Velázquez estuvo al frente de ADUNaM al año siguiente de su creación, en 1984 y además fue fundador y secretario adjunto de la CONADU HISTÓRICA en sus inicios.
Caminó los pasillos de la UNaM como educador y también como un verdadero agente de cambio. Con cada paso, dejó una huella de pasión y compromiso con la causa docente. Encarnó la idea de que la educación es un pilar fundamental de la sociedad y que los educadores son, en muchos aspectos, los arquitectos de nuestro futuro. A través de su liderazgo en ADUNaM, demostró que la unidad y la solidaridad entre los docentes son cruciales para enfrentar los desafíos y alcanzar las metas.
A dos años de tu partida, de nuestra pérdida. plantamos la bandera de la memoria, del recordatorio de que las acciones individuales también pueden generar un impacto colectivo significativo.
Tu papel fue relevante en la mejora y dignificación de la tarea docente y por eso te recordamos con afecto y profundo respeto.
Tu historia como preso político de la última dictadura cívico-militar; deja un legado con su ejemplo de que jamás hay que claudicar y siempre debemos continuar bregando por una patria libre, justa y soberana.
Aníbal Velázquez: ¡Presente!