El verano está caliente y no justamente por el clima. En la historia de la Argentina reciente vivimos capítulos complejos y difíciles, tortuosos; pero este es la suma de todos los males y parece ser “la tormenta perfecta”.
Una serie de medidas inauditas, únicas en la historia democrática de nuestro país, como la de imponer un único decreto de necesidad y urgencia, cuya necesidad no está ni fue demostrada, intenta modificar una amplia cantidad de leyes tan amplia que sacuden todo el panorama económico y social de Argentina. En total, son más de 300 normas entre las derogadas y las modificadas total o parcialmente por el decretazo del presidente Javier Milei. Incluye rubros tan disímiles como la Ley de Contrato de Trabajo, las regulaciones de medicina prepaga, alquileres, turismo, sector aerocomercial, producción de medicamentos, comercio (como el fin de la Ley de Abastecimiento y Ley de Góndolas) y medios de comunicación, entre otros.
También afecta la normativa que regula los alquileres, el abastecimiento o los productos en las góndolas de los supermercados entre tantas otras, a la par que se habilitan aumentos —sin topes— a las prepagas, recorta las indemnizaciones y habilita las Sociedades Anónimas Deportivas.
Las reformas económicas han suscitado preocupación y crítica por su impacto potencialmente perjudicial en distintos sectores de la sociedad, pero fundamentalmente en los sectores medios y pobres. Las medidas, marcadas por una orientación hacia políticas de mercado libre extremo, han llevado a un incremento sin precedentes de la inflación, afectando directamente a los más vulnerables.
Lo más grave es el casi desmantelamiento de la Protección Social. El actual gobierno ha optado por una liberalización económica agresiva, incluyendo la eliminación de controles de precios y restricciones a las importaciones, que, con el argumento de estimular la competencia y la inversión, han llevado a una escalada rápida de precios en bienes de consumo básico, exacerbando la ya crítica situación inflacionaria. El resultado es que, aunque todavía la gente no lo asume, entre los meses de diciembre y marzo la inflación sumada, va a ser del orden de más del 100%; cien por cien de inflación en poco más de tres meses; quizás hasta el cálculo sea mezquino con la cifra. De lo que no hay dudas es de las consecuentes pérdidas en todos los hogares, algunos de los cuales no van a tener para comer literalmente.
Las medidas del gobierno nacional han tenido un efecto directo y dramático en la inflación. La combinación de reducción de subsidios, desregulación y liberalización ha desencadenado una espiral inflacionaria, con la tasa anual superando cifras récord. Este aumento ha erosionado el poder adquisitivo de los ciudadanos, con un golpe particularmente duro para los más desfavorecidos. No pueden menos que esperar que haya protestas y huelgas. Es claro que las medidas de Milei favorecen a los sectores más acomodados y corporativos, en detrimento de los trabajadores y los más necesitados. Hay un creciente descontento social y una demanda por políticas más equitativas y protectoras de los derechos laborales y sociales y como organización gremial, tenemos que hacernos cargo de llevar la delantera y hacer oír nuestras voces de reclamo. Ese es el sentido de la protesta que llevaremos adelanta mañana, y esperamos que se replique en todos los gremios y en todos los sectores de la vida social y económica de nuestro país.
No se trata de hacer oposición para obstruir, se trata de ejercer nuestro derecho a expresarnos contra medidas, con las que no podemos lidiar de otra forma, porque es claro que en este sistema democrático donde delegamos nuestra representación en nuestros legisladores, si todos no sumamos nuestra voz, es posible que los poderes económicos -que claramente están detrás de todas las medidas- logren imponer sus condiciones por sobre las nuestras.
Las reformas económicas impulsadas por el presidente Milei representan un cambio radical en la política económica de Argentina. Los efectos inmediatos son de una profunda preocupación social. El aumento de la inflación y la disminución de la protección social han creado un panorama desafiante para los trabajadores, exacerbando las desigualdades y poniendo en tela de juicio la sostenibilidad de estas políticas en un contexto de creciente malestar social.
Por ese motivo mañana gritaremos a viva voz que nos expresamos y paramos en Defensa de la Universidad Pública, de la Salud Pública, de los derechos sociales y laborales obtenidos a lo largo de años de lucha.
Estamos movilizados.
NOS AUTOCONVOCAMOS.
Esperamos a todos nuestros colegas docentes, a los estudiantes y a todos los trabajadores para alzar nuestra voz en defensa propia.
En Posadas, concentramos a las 8:30 en la sede de ADUNaM, calle Colón 181, para posteriormente caminar hasta la Plaza 9 de Julio y hacer oir nuestro reclamo.
En Oberá a las 11hs en el Centro Cívico.
En Eldorado a las 9 horas frente a la CEEL.