La idea de un «Día Internacional de la Mujer» surgió a finales del siglo XIX, pero fueron varios los sucesos que derivaron en la conmemoración que conocemos hoy.

Uno de los más simbólicos, aunque no el único, se produjo el 25 de marzo de 1911, cuando unas 149 personas, la mayoría mujeres, murieron en el incendio de la fábrica de ropas «Triangle Shirtwaist» de Nueva York.

Según argumenta, la Organización de Naciones Unidas, quien constituyó el día internacional hace 47 años-, celebrar el 8 de marzo el día de la mujer, está estrechamente vinculado a los movimientos feministas durante la Revolución Rusa de 1917.

ADUNAM MUJERESFue un 8 de marzo de 1917 (un 23 de febrero, según el calendario juliano que se utilizaba en Rusia), cuando las mujeres rusas se declararon en huelga que fue conocida como del «pan y las rosas». Liderada por mujeres muy jóvenes, la mayoría menores de 18 años, reclamaban mejora de sus condiciones laborales «pan» y derechos para las mujeres «rosas». Por la protesta, el zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto.

La lucha de las mujeres por la igualdad y la justicia ha sido un viaje largo y tortuoso. A través de la historia, han combatido contra las estructuras de poder y la discriminación, buscando afirmar su valor y derechos en una sociedad patriarcal.

Desde el siglo XIX lideraron demandas por el derecho al voto femenino, una lucha que culminó con éxito en muchos países del mundo, siendo un hito la aprobación del sufragio femenino en Nueva Zelanda en 1893, el primero en otorgar este derecho. En nuestro país ese hito demoró hasta el 11 de noviembre de 1951.

En el siglo XX, la década del 60 presenció un resurgimiento del movimiento feminista, conocido como la “segunda ola”, que buscó abordar cuestiones más amplias, incluyendo la igualdad en el trabajo, los derechos reproductivos y la liberación sexual.

En las últimas décadas, la causa ha abrazado la diversidad y la inclusión, reconociendo cómo la opresión de género se entrelaza con otras formas de discriminación, como la raza, la clase y la orientación sexual.

La lucha contra la violencia de género, la representación de las mujeres en la política y la igualdad salarial son solo algunas de las batallas actuales.

En la actualidad, a pesar de los avances, movimientos como el #MeToo y Ni Una Menos han evidenciado la persistencia de la violencia y discriminación contra las mujeres, así como la urgencia de continuar luchando por un mundo donde la igualdad de género sea una realidad indiscutible.

La historia de sus  luchas está marcada por el coraje, la resiliencia y la solidaridad. Mirando hacia el futuro, es esencial recordar y honrar las batallas del pasado, mientras se trabaja incansablemente para construir un mundo más justo e igualitario para todas y todos. Lejos de ser un asunto del pasado, es más relevante que nunca, siendo un llamado a la acción para las generaciones presentes y futuras.