El 25 de mayo de 1810 se inició en Argentina un proceso revolucionario que buscaba la independencia de la corona española y la construcción de una nación soberana. Esa gesta histórica marcó el inicio de una larga lucha por la libertad y la democracia en América Latina; que la escribimos todos los ciudadanos de este país.
Los docentes universitarios tienen en parte la tarea de transmitir a los estudiantes los valores y los ideales que inspiraron a los patriotas de la revolución de mayo.
Como agentes de cambio que somos, debemos contribuir a la formación de ciudadanos responsables y conscientes de su rol en la sociedad. La educación es la mejor herramienta para el desarrollo de la ciencia, la cultura y el fortalecimiento de la democracia. Es menester que además de conocimientos, continuemos esforzándonos desde nuestros puestos de trabajo, que son las cátedras, en la formación de ciudadanos críticos, responsables y comprometidos con el bien común para promover la innovación, la investigación y la transformación social.